La noche más feliz en la ciudad feliz fue para Miguel Lamperti y Matías Díaz. Los “carismáticos” se acostumbraron a comenzar el año ganando y esta vez se llevaron el título del I Internacional de Mar del Plata. En una emocionante e igualada final, vencieron por un ajustado 7/5, 4/6 y 7/5 a Juani Mieres y Pablo Lima. El llanto de Miguel y la felicidad de Mati, cerraron un exitoso torneo que marca un hito en la historia de Pádel Pro Tour.
Repitiendo el exitoso inicio de la pasada temporada, Lamperti-Díaz se llevaron con todo merecimiento el campeonato marplatense. Estuvieron a punto de irse a casa en cuartos frente a Gutiérrez-Poggi, luego eliminaron en semifinales a los números 1 y remataron la faena con la victoria en la final ante los “príncipes”.
Miguel y Matías entraron con todo desde el primer minuto y en el segundo juego ya tenían un break de ventaja. Pero Juani y Pablo reaccionaron rápidamente para dejar el marcador igualado a 2.
El set se desarrolló sin mayores sobresaltos y con poca espectacularidad, hasta el undécimo juego cuando los “príncipes” estuvieron a punto de romper el servicio de Matías, pero la bola de break la salvó el pequeño gran guerrero de manera increíble, tirándose en palomita y pegándola a la bola con la punta de la pala, para que después Miguel con uno de sus “bombazos” asegurara por lo menos el tie break.
Pero no hizo falta, porque en el siguiente juego los campeones rompieron el saque de Pablo en la primera bola de set que dispusieron.
En el segundo el panorama fue muy distinto, porque Lima-Mieres necesitaron apenas 10 minutos para sacar dos breaks de ventaja y ponerse 4-0. Ya se palpitaba la definición en el tercero, cuando el brasileño sacaba con 5/2 a favor. Pero muchos errores no forzados, producto de la ansiedad por cerrar el set, permitieron recortar diferencias a Lamperti-Díaz. A la segunda oportunidad no falló Mieres que con su servicio dejó la final igualada.
Miguel y Matías volvieron a jugar muy ordenados en el inicio del set definitivo. El “canoso” se defendía muy bien de los innumerables golpes que recibía en su esquina y Matías era el que definía. Los roles se habían cambiado, pero funcionaban. Una vez más, rápida ventaja. El break al servicio de Lima en el segundo y la posterior consolidación daban una cómoda ventaja de 3-0 y trasladaba toda la presión para los príncipes.
